Un lavavajillas salvará mi matrimonio.
Culturalmente el lavavajillas no es un utensilio que sea común en mi país (México); las personas no lo compran por qué culturalmente no la consideran una necesidad.
Sin embargo yo siempre sentí la curiosidad y necesidad de comprarme uno.
Hace unos días junto con mi esposa nos compramos uno y la dinámica y el ambiente en la casa comenzó cambiar.
No quiero rayar lo ridículo ni exagerado, pero nos urgía algo de ayuda y esto parece ser una excelente solución.
Si mañana se me llegara a descomponer, mañana mismo me compro otro.
Para mí es tan indispensable como la lavadora, refrigerador, secadora o estufa. Desde que lo compramos la cocina no está llena ni de platos limpios ni sucios en el fregadero, simplemente ya no hay trastes. Todo va directo al lavavajillas y justo después de comer todo está limpio y ordenado de nuevo.
Actualización: Varios días después de la compra, me sigue ofreciendo indispensable. Van varias semanas de felicidad y el ambiente en el hogar es más tranquilo y lúdico.